
La adolescencia es un momento trágico. Se requiere sacrificar la ingenuidad inherente al período de la inocencia de la sexualidad infantil y las identificaciones alienantes e impuestas al niño por los otros. Y así dar a luz un proyecto propio desiderativo sexual y vocacional.
Los adultos son necesarios para que los adolescentes tengan vida y vivacidad.Oponerse es contenerse sin represalia, sin espíritu de venganza, pero con confianza (…) que los jóvenes modifiquen la sociedad y enseñen a los adultos a ver el mundo de una manera nueva; pero que allí donde esté presente el desafío de un joven en crecimiento, haya un adulto dispuesto a enfrentarlo. Lo cual no resultará necesariamente agradable. En la fantasía inconsciente, estas son cuestiones de vida o muerte.
Es estimulante que la adolescencia esté activa y haga oír su voz, pero los esfuerzos adolescentes que hoy se hacen sentir en todo el mundo deben ser enfrentados, deben cobrar realidad gracias a un acto de confrontación.
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